“Empecé en el Colegio Heidelberg, desde minibasket, que ya compaginaba la vela. Los fines de semana me coincidían los partidos y las regatas y mi madre y padre se ponían de acuerdo para llevarme al partido, jugar (a veces solo hasta el descanso) y por otro lado me estaban preparando el barco para llegar y salir navegando a la regata. Jugué hasta juveniles en el colegio, aunque un año coincidí con un entrenador que no me sacaba a jugar, sin fallar a entrenar, y aun así aguanté por mis amigos y la pasión por el basket.
Al terminar junior me cambié de deporte y jugué un año al fútbol, que también me gustaba. Pero al año siguiente formamos un equipo senior en el colegio. Fue ahí realmente donde empecé a disfrutar del basket y coincidí con ex jugadores ACB que me enseñaron a entender el juego y mejoré mucho. Se fijaron en mí en el Gran Canaria y me incorporé al equipo de Primera autonómica y logramos ascender a EBA y mantenernos muchos años y entrenar con los profesionales hasta que tuve la ocasión de debutar con el equipo de ACB.
El debut ante Unicaja fue una experiencia increíble. Todavía lo recuerdo bien e incluso algunos detalles del partido, pero todo fue tan rápido… Me pasé un año entero haciendo pretemporada, entrenando con el equipo ACB y jugando EBA, estando convocado en varios partidos, pero sin jugar. Como tenía más de 22 años, no podíamos jugar por ser del filial y nos hicieron a mí y a Rafa Guerra ficha profesional para los últimos partidos, ya que habían cortado al base belga Jaumin y al alero italiano Espósito.
Te encuentras en una nube cuando llegas al pabellón, estás calentando y te ves a muchos amigos y gente animándote y en el calentamiento te sientes eufórico y a la vez quitarte esos nervios y tensión ante tanta gente. Aquel día el pabellón estaba lleno. Manolo Hussein, antes de finalizar el segundo cuarto dijo: “Diego, a la pista” y me dio unas indicaciones de defender fuerte y darle ritmo al partido. Una vez salí traté de olvidarme de dónde estaba y centrarme en el juego y la verdad que salió bien, pues remontamos, contagiamos al público pues veían energía, entrega y más con jugadores canarios que estaban en pista, como Rafa y Roberto Guerra, Juanma Rodríguez y Richi Guillén. Fue maravilloso, el premio de tantos años de esfuerzo y dedicación al baloncesto.
Desde joven fui un gran defensor en la posición de base, pues me gustaba mucho presionar y tenía buen físico para aguantar toda la pista. A nivel ofensivo evolucioné mucho a nivel técnico-táctico. Leo bien el juego, las ventajas en ataque, me gusta correr el contraataque y tengo buen acierto de tiro de tres.
Tras jugar esporádicamente en ACB, la vida me cambió cuando saqué las oposiciones de Educación Física de secundaria y comencé en la enseñanza. Seguí jugando en el filial del Gran Canaria, entrenando categorías inferiores de basket y era el preparador físico de regatistas del Real Club Náutico de Gran Canaria. En el año 2006, recibí una llamada del equipo olímpico español de vela: querían contratarme para llevar la preparación física. Ni me lo pensé y ya he pasado por Pekín 2008 (oro, plata y dos diplomas), Londres 2012 (dos oros y un diploma), Campeonatos del Mundo, Europeos… No me he aburrido y he tenido el honor de representar a España al máximo nivel.
Sigo dando clase en Secundaria y jugando al basket. Llevé la preparación física de un equipo de Liga Femenina 2 y sigo siendo el preparador físico del equipo olímpico español de vela. Aún así me gusta practicar muchos deportes, seguir formándome, salir con amigos y por supuesto dedicarle tiempo a la familia (que he pasado muchos años fuera de mi isla)”.

En el Gran Canaria 2001-02.

En Cantabria en Liga EBA.
Con el oro olímpico de la windsurfista Marina Alabau.
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