Siempre atento a los posibles ‘chollos’ del mercado, el Tau confió en él para hacer una sustitución en la temporada 2004-05. Se le quería evaluar para ver qué podía dar de sí en un baloncesto muy distinto al que estaba acostumbrado en su país. También había tenido alguna pequeña experiencia estadounidense en la NAIA (liga universitaria de nivel menor que la NCAA, en la que logró unos estupendos 24,1 puntos en Southern Nazarene) y en Venezuela.
Aquellos ocho encuentros en Vitoria no le sirvieron para quedarse, pero sí para llamar la atención del Fórum Valladolid, que le firmó un contrato hasta final de temporada. En ninguno de los dos sitios superó los 9 minutos de promedio, pero, al hilo de la permanencia que el equipo había amarrado con bastante holgura, renovó en Pucela. Sin embargo, sería cortado la siguiente campaña, cuando contabilizaba 3,3 puntos en 10,9 minutos. Pudo tener un tercer equipo español en la LEB con el Cantabria 2006-07, pero rompió el acuerdo al que había llegado. Su entrenador hubiera sido Pablo Laso.
Pese a que no llegó a desarrollar todo su potencial, Quintero guarda un buen recuerdo de su experiencia aquí. “Fue increíble”, comenta desde su país natal, donde su carrera sigue viva a los 33 años. “En Vitoria estuvo en el mejor equipo de España y en uno de los ‘top’ de Europa. Pude compartir cancha con muchos jugadores que están en la NBA y también jugar para un gran ‘coach’ como Dusko Ivanovic”, analiza. Sobre Valladolid, “fue una experiencia diferente. La presión era totalmente la contraria a la que había en el Tau, que era un equipo para ganar todo. En el Fórum lo importante era tratar de salvar la categoría. Pero también buenos recuerdos”.
Se define como “un base ofensivo durante toda mi carrera”, un talento que lleva ya seis temporadas consecutivas en los Huracanes de Tampico. “Estoy contento aquí. Hace tres años tuvimos la oportunidad de jugar un amistoso en España contra el Barça”, comenta.
La abundancia de opciones en el puesto de base le ha apartado de la selección en los últimos dos años, aunque el baloncesto mexicano le tendrá que agradecer siempre haber estado en primera línea en peores momentos, cuando era la gran referencia ofensiva. Por ejemplo, fue el máximo anotador del Torneo de las Américas del 2003 (21,1 puntos), cuando su equipo fue sexto.

En el Tau.

Con el Fórum Valladolid.

En la selección.
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